jueves, 30 de junio de 2011

Esperando llegada. Falta revisión.

Pensaba en ti, todo en el monótono sonido del grillo tras la ventana.
Imaginaba el caer del agua de la azotea hasta el suelo, todo en una continua cascada parecida al sonido del orinar por la mañana, largo-frío-satisfactorio.
Cuando los pasos de la obscuridad del bosque resonaron al compás de mi puerta.
Sencillamente buscaba un poco de calidez a mi regazo, así como tú cuando buscaste en mí tan solo un espacio.
||| Lo malo es que se ha instalado.
Lo malo es que ya no hay frío.
Lo malo es que sin ti he vivido. |||
Tan solo era obscuro,
tan solo era cálido,
tan solo recordé que tenia el té en el fuego, así que abandone a la obscuridad.
Dí tres pasos a la cocina, encendí un cigarro, y lo vi por la ventana.
Es acaso que ese vecino nunca piensa cerrar la cortina, aunque es verdad, todos hemos soñado con un vecino nudista, uno reza por que sí lo es sea por lo menos atleta. Aunque este no esta nada mal, tal vez debería de pensar en tomar su ejemplo, hacer ejercicio y abrir mis ventanas. Por que no, sí el arte conceptual lo aprueba, que mis vecinos no.
Recorde el té.
Divague un rato, en lo que el té se enfriaba, cada que lo preparo recuerdo que no me gusta. Que prefiero un café bien cargado, o un vaso de leche fría pero no la infusión.
Bueno ya da igual. Al menos no quedo tan mal.
Ahora que sí fuera una hierba no me gustaría ser una infusión, seria más bien una de aquellas que nadie presta atención hasta que se acuesta en ellas. No un pasto cualquiera, una hierba cómoda que se aplasta con facilidad, esponjosa y sencilla. De la que los niños malcriados, arrancan al jugar en el patio, o los novios nerviosos mientras hablan con la chica a la que todavía no pueden ver a los ojos sin tener algo en la mano como distractor.
Distracción
Pero claro, la obscuridad esta esperándome.
Apague el cigarro.
Tome el té de un trago.
Pase al baño y orine cual si fuera de mañana.
Es tiempo de difuminarme con aquel caballero que a tocado a mi puerta.



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